Diario de un chino olímpico (indignado)

Beijing, agosto de 2008

Llegué (?)

Hay cosas que llaman la atención, esto se está occidentalizando y se perdieron los códigos, en la puerta del aeropuerto se consiguen toallones con algo que intenta ser el sensei Lee, pero se parece mas a Liu Kang.
No hay reconocimiento alguno, no me vino a buscar la tía sino que vino el chofer, y en lugar de armar la clásica juntada en lo de Huai (mi tío) comiendo arrollados primavera, se recorrieron media ciudad para agasajarme con un asado horrible. Si me avisaban traía una heladerita con nelca de plimela, como le pido a Chon, el de la esquina.
Será de Dios y la puta que los palió!, me traen a dos ladrones a que bailen el tango y se supone que me tengo que emocionar: cada vez que voy a ver a Boquita agarro del Valle Iberlucea y veo bailar a algunos.
La cuestión es que salgo una puta vez de Buenos Aires y mi familia me recibe haciéndome la gran turista chino II, faltó que me llevaran a Black a pagar una copa 90 yenes (?).

Villa Olímpica, "ahh, que emoción", "la elite del deporte mundial", "el espíritu amateur", dirán ustedes. Vayanse a la puta madre que los palió, digo yo: si a ustedes les queda cómodo hacer cola hasta para ir a cagar y tener que cruzarse con 25 mil pelotudos que lo miran a uno como diciendo "que loco, un chino que juega para la Selesió" para responder "si, vio que casualidad? viajé a algentina muy joven y vivo en balacas desde el quilombo del 2001", vengan ustedes. Acá lo que vale es el oro, es la mística copera del tenis de mesa, del pinpón.

Las Leonas son un tema aparte: las que están buenas van a buscar lo exótico a lo verdaderamente exótico: un fondista de Vanuatu o un pesista húngaro, las que están masomenos se debaten entre la primera opción y pasar por las selecciones de fútbol y básquet, en ese orden.
Conclusión: sólo queda la posibilidad de cruzar una palabra con la arquera mientras esperamos el lunch, so pena de que se te cuelgue hablando el bofe de Robotech Bardach con las otras dos incogibles de la natación, aunque ganarle la beca al buenudo de Camau jugando al truco, hizo que no sea tan difícil la adaptación.

Todavía no se ni con quién juego, una vez que empiece a dormirme a las 12 de la noche y levantarme a las 7 de la mañana y no al revés, me voy a concentrar.
Por último, me agarraron espiando a las gimnastas rusas, me denunciaron los de seguridad de la Villa, no hay códigos loco: mucha occidentalización, pero estos en la puta vida vieron Porky´s.